Mi infancia son recuerdos de una calle de Valencia y un mar claro donde creo que lo ví venir todo. Me marché hacia el futuro un mes rizado de verano y, ya en Madrid, me dirigió Ferrán Rañé y fuimos "Las Veneno", Almodovar, un momentito, en "Tacones Lejanos", Santiago segura, en el primer "Torrente", Javier Ellorieta, Manuel Iborra... En algún momento me enamoré del teatro y lo interpreté, lo escribí, y lo dirigí. Y por fin un día, sin que me diera casi cuenta, estaba haciendo a "La Conejo", esa amiga honda de La Reina del Sur, ese personaje que ya es de todos mucho más que mío. Y aquí sigo, navegando, he querido y me han querido. De todo, lo que más me enamora de la vida, es que me deje vivirla: la mía, esta, la que tengo. Y aprender a entenderla y a aceptarla.