Pesa… ya empieza a pesar…
Pesa soportar mi carácter alegre positivo y optimista…
Pesa.
Ese mismo carácter que me salva de mí y de otros, que me ayuda a sobrevivir en los momentos difíciles y dolorosos…
Pesa.
Hay días que… hay días… que sí, que me pesa como una losa dentro y fuera de mí, como si estuviera rellena y con traje de plomo.
Pesa…pesa…pesa…
Y me meto dentro, muy dentro y empiezo a dar vueltas dentro de mí misma como queriendo construir una coraza de caracol.
Y Benito se nos va y eso pesa también, aunque sea lógico, aunque sea natural-antinatural…porque ya portaba el virus cuando lo recogimos en la calle confiado y sereno…porque no ha estado enfermo desde entonces y lleva con nosotros más de diez años.
Pesa igual…pesa igual.
Y pesan los meses sin trabajo.
Pesa mucho el no-trabajo.
Aunque esté escribiendo una obra teatral que no termino del todo y calma mi «demonio» artístico.
Creo que no la termino del todo para que no pese tanto el tiempo sin trabajar…
Y pesa la edad con el no-trabajo, no-prueba,no…tantos no…
Pesa…¡¡¡pesan joder!!!
Y pesa el tiempo que he estado tan tranquila, equilibrada,feliz,en paz.
Porque hay días que…hay días.
Porque hay días que simplemente te levantas y pesa como plomo la tristeza dentro de ti. Y no lloras pero querrías hacerlo todo el rato.
Y no quieres levantarte pero tus mascotas-hijos te levantan salvándote de ti.
Y quisieras meterte en la cama a las cinco como dice mi amiga Juana, pero tu amor está al lado y te recuerda lo hermoso de la vida.
Aún así…hay días que PESA TODO…
…………………….
Y ahora me voy a la cama,a encerrarme con las palabras de mi admirada Angélica Liddell. No dejo de asombrarme de tanta belleza que me da. No dejo de agradecer lo suficiente a Nic que me llevara aquél día al teatro a verla por primera vez.
…No te agradezco lo suficiente Angélica…
…No te agradezco lo suficiente Angélica…
…No te agradezco lo suficiente Angélica…
….Y ahora sí voy a llorar…felices sueños…