Sigue pasando el tiempo, mientras juega conmigo y yo con él, lamentando a ratos los ratos que han pasado sin volver a estas páginas de la columna de mi cuerpo abierto en dos. Esta ventana a mundos desconocidos que me pueden observar. Introducción larga pero necesaria después de esos ratos en los que he estado «ausente» de aquí, que no de mí.
Dicho lo anterior, aquí estoy con ganas de escribir, ganas o necesidad por vital ya en mi cotidianidad. No me explico pues si me es tan necesario, el por qué tardo tanto en volver. Será una manera más, como tantas que tenemos los seres humanos en nuestro repertorio de daños incoscientes o elementos del baúl interno del boicot personal. Creo que me estoy poniendo transcendente en el modo del lenguaje y casi me estoy cansando ya de escuchar las palabras reflejadas al mismo tiempo en mi mente y mi retina.
Pesada … ay, qué pesada …
Como siempre o casi siempre, me encuentro desencontrándome en las emociones y acontecimientos cotidianos, troceada en miles de sensaciones provocadas la mayoría por mí misma o mi ego interno, y otras paralelas o alternas, por acontecimientos y circunstancias ajenas a mí.
Suerte. Sigo creyendo en mi suerte mientras recuerdo los ojos de mi marido al entrar hoy a casa, ojos encharcados de miedo, «sustito» más bien … «No he cobrado cariño … la situación está muy mal … apenas ha salido nada para Junio … Junio …» Ha estado trabajando para una institución -no vamos a poner nombres porque eso le pertenece a él y no a mí- que depende directamente de los presupuestos del ayuntamiento, de éste como podría ser de otro en cualquier parte de España. No han cobrado la partida presupuestada de la que tendría que salir el sueldo de mi marido… «me he querido asustar Maricamen»… Maricarmen es una manera de llamarme muy íntima y muy concreta. Yo, mientras me seguía mirando, me sacudo su miedo que se ha querido posar un instante en mis hombros, como ese polvo por dejadez que acumulan los desvanes. Yo mientras, decía,me sacudo de la sensación diciendo que no … «no, cariño … es justo que nosotros ahora vivamos bien … es justo que ahora tengamos dinero y va a seguir siendo así mucho tiempo … ya tuvimos bastante con nuestra crisis particular estos años pasados, cuando ni siquiera se hablaba de «crisis mundial» ni nada parecido… cuando todo era boyante y funcionaba «el sistema» … «ahora cariño, a nosotros nos toca estar bien … es lo justo»… Eso decía y ahora escribo al mismo tiempo que él «duerme»a mi lado en el sofá, despertándose a cada momento por lo que llamo desde su recuperación y superación del cáncer, «daños colaterales» mezclados con la primavera que creo que le ha añadido un poco de alergia, y los naturales ronquidos que trae el sueño en ciertos cuerpos. Y sigo pensando que sí, que tengo mucha SUERTE … suerte de la buena. Y me salta el mar de Asturias que generoso me abrazó entre sus aguas frías y olas bravas… purificándome. Llegan a mí los días pasados en Muros de Nalón de la mano de Yolanda y Jesús, que junto a su familia nos acogieron en su casa y en su vida con alegría y tan generosamente que nos hicieron sentir como si los conociéramos de siempre. Días bellos rodeados de belleza que tranquilizaba el espíritu, rodeados de su amistad y cariño, rodeados de amor y de risas. También con Isabel. Compartiendo la belleza y el momento. Y hoy veo otra vez agua en los telediarios y pienso: SUERTE … pero me entristezo viendo al pueblo de Colombia que tan bien me trató, ahogado del invierno extremo y sin tregua que les lleva las tormentas torrenciales. Personas con agua casi hasta el cuello esperando a que les rescaten con barcas o canoas improvisadas, miseria y más pobreza y una vez más me siento como una gilipollas por ir mañana a hacerme un tratamiento de belleza que hidrate mi piel más que madura, mientras mi marido está asustado por el momento actual, y mientras la gente se ahoga en Colombia, o siguen contaminándose en Japón por la radioactividad, o siguen masacrando al pueblo en Siria … ¿Siria?¿Libia?… Egypto … Marruecos … tantos países del mundo … me siento una gilipollas y me pregunto si era necesario que comprara aquéllas botas y veo las miradas de «nada» de las personas que han perdido «todo» tras un tornado en EEUU … Como una gilipollas digo, mientras me acuerdo de la noche anterior que disfruté muchísimo en compañía de amigos que lo fueron en el pasado y que ahora algunos han vuelto para reencontrarnos. Y sí … SUERTE … me constituyo por mi PASADO para ser hoy como soy y lo que soy en este PRESENTE, desconociendo por completo el FUTURO incierto y manchado de «sustito». Y escucho a otra persona que fue amiga y habla y que miro con cariño pero sin creer en sus palabras. Qué lástima. El tiempo pasa pero a veces, como conmigo, juega con los demás y parece haberles detenido. Y disfruto de la compañía de mis excompañeras y amigas y otra vez amigas, ex componentes y cofundador, Ferrán al que estrecho entre mis brazos cada poco como queriendo hacer más presente este presente. Hacía trece años que no nos habíamos vuelto a ver y siento y digo muchas veces que la vida es maravillosa y qué guapas están las tres y comentamos el echo de seguir estando tan estupendas con nuestros años. Y las otras dos, alegres y divertidas disfrutando de la celebración de 25 años merecido y trabajados con esfuerzo de Las Virtudes y vuelvo a sentirme una gilipollas … Solo me queda un consuelo, saber a ciencia cierta, la dicotomía constante que conlleva internamente el ser humano , la contradicción y multiplicación de las emociones mezcladas con las circunstancias y acontecientos externos e internos de cada día en nuestros días. Y es posible que sea solo eso … una gilipollas con suerte … y la creencia de la necesidad del arte y la belleza en este mundo absurdo e injusto.
Quiero compartir dos dibujos de un «twiriamigo», al que agradezco su «regalo» lleno de talento de un personaje al que he amado mucho… La Conejo. GRACIAS. Dibujos de LeeKaygraphics